Cuando vamos a comprar ropa, en la misma tienda nos distinguen claramente dos espacios para niñas y niños. Y lo que más llama la atención es la diferencia de colores. Rosa o morado para las niñas y azul o verde para los niños. Colores más vivos para la niñas. Colores apagados para los niños.
El color que más le gusta a mi hijo es el rosa, ¿¿y qué?? ¿Solo por ser niño está obligado a utilizar otros colores? Muchas veces he comprado ropa de ‘chica’ para el (o, mejor dicho, las ropas que venden para chicas en las tiendas), como ya he dicho antes, estas ropas para las niñas tienen unos colores más vivos, más alegres. Aparte de tener ropa de color azul, verde o marrón, también tiene rosas o moradas.
Lo mismo que con la ropa, pasa con los juguetes. A parte de clasificar los juguetes por edades, ahora también los clasifican por sexo. Para las niñas tenemos a las princesas, cunas, muñecas y para los niños, coches, construcciones o animales. ¡¡Es lamentable!!
No podemos olvidar tampoco el tema del trabajo, parece que algunos trabajos son para las mujeres y otros para los hombres. Mujeres enfermeras y hombres médicos. Además normalmente los trabajos asignados ‘para’ las mujeres no están ni bien remuneradas ni valoradas. Aunque queramos fomentar la igualdad, los actos que suceden en la sociedad tiene una influencia directa en nuestro comportamiento. Las chicas y los chicos deben aprender a hacer todo tipo de trabajos. Luego depende de cada una o uno, de sus capacidades e intereses, seguir por un camino u otro. Cada una o uno se forjará su camino pero no será un camino impuesto por la sociedad.
Por suerte, las cosas están cambiando pero no lo rápido que nos gustaría. No es fácil cambiar las costumbres tan erradicadas. Pero recordad que el cambio esta en manos de todas y todos nosotros: al comprar ropa, al regalar juguetes, al repartir el trabajo domestico, en los juegos, en las relaciones, …
En criar y educar a nuestr@s niñ@s. No estamos educando a ñinas o niños sino a personas. Personas con igualdad de derechos.