La margarita y el Egoismo – Paulo Coelho
– ¡Pero si tú eres muy hermosa!
– ¡Pero yo quiero ser única!
Para no oír más quejas, el ángel la llevó hasta la plaza de una ciudad.
Unos días después, el alcalde fue allí con un jardinero para reformar el lugar.
– Aquí no hay nada de interés. Cambiaremos la tierra y plantaremos geranios.
– ¡Un momento! -gritó la margarita-. ¡Así que piensan matarme!
– Si hubiese más como tú, podríamos hacer una bella decoración -respondió el alcalde-. Pero es imposible encontrar margaritas en los alrededores, y tú, sola, no haces un jardín.
Y acto seguido arrancó la flor.
Paulo Coelho