Si eres padre o madre divorciado
– Nunca sabotees las relaciones de tus hijos con el otro progenitor o bloquees las visitas.
– Nunca uses a tus hijos como espías o mensajeros: si quieres saber sobre la vida privada de tu ex, contrata un detective; si quieres enviarle un mensaje, usa guasap.
– Nunca le digas la criatura: ” eres insoportable, igualito que tu padre/ madre” o lindezas por el estilo.
– Nunca hagas sentirse culpable o triste al niño porque te deprimes cuando él se va. Tú eres el/la responsable de la felicidad de tu hijo, no al revés.
– Nunca conviertas la culpa en regalos caros o ausencia de normas. Si tú no eres el progenitor custodio, eso no quiere decir que tu casa sea Disneylandia. Para colmo, ni siquiera es eficaz: los niños acaban alineándose con el progenitor más firme y estable, porque buscan seguridad.
– Encuentra la forma de manifestar adecuadamente tus sentimientos de ira, rabia, frustración y tristeza. Mantén el respeto hacia la figura del otro cónyuge, no obligues a tus hijos a tomar partido y sitúales al margen de conflictos. No solo lo haces por el bien de tus hijos, sino por el tuyo: el día de mañana no quieres en casa adolescentes conflictivos, y un hijo que crece dividido y desgarrado acabará siéndolo.
– Por último: Déjales claro siempre a tus hijos que ellos no tienen nada que ver en la ruptura de la pareja. Ni son culpables ni mucho menos deben ser árbitros o mediadores.
Fuente: Lucía Etxebarria[:]